Caravanas
de la muerte
van en tren hacia Madrid.
Son sólo trabajadores
que buscan su pan allí.
También viajan estudiantes
que buscan un porvenir,
soñando con sus carreras
para un mejor vivir.
Inmigrantes que dejan todo,
pensando mejorar aquí,
niños que van con sus padres...
y quizás un pobre medigo
que bastante desgracia tenía
de ya encontrarse así.
¡Gente humilde! ¡Gente pobre! ¡Gente
que quiere vivir!
¡Pero hay asesinos sin escrúpulos,
que no se lo van a permitir!
Sin llegar a sus destinos
van estallando vagones,
a ellos les quitan la vida
y a nosotros nos rompen los corazones.
¿Por qué tanta injusticia? ¿Por
qué tanto dolor?
no hay palabras que describan tanta indignación.
Ironías del destino que rompen el corazón
caravanas de la muerte
buscando una vida mejor.
Doscientas familias rotas
llorando sin compasión.
Lágrimas cayeron del cielo
para sumarse al dolor,
cuanta pena y amargura
que hasta se ha escondido el sol.
Heroínas de la nada,
buscando una vida mejor
¡Siento rabia, siento pena y muchísima
indignación!
Quisiera pensar que es un mal sueño
para aliviar mi dolor.
Pero es tan real como el sol,
que de tantísima pena
se ha escondido y ha llorado en un rincón.
Pasajeros del destino...
que ahora viajáis no sé donde...
¡Sin duda estaréis con Dios!
Personalmente a ninguno os he conocido,
pero sin lugar a dudas
el resto de mi vida
os llevaré en el corazón.
Mª
del Carmen Martínez Mayoral
|